Futuros

Los futuros son derivados financieros, por lo que su cotización varía según lo haga la del activo subyacente al que está referenciado. En el caso del futuro sobre el IBEX35, el precio del futuro cambiará en la misma proporción que lo haga el índice IBEX35, que recoge las 35 empresas con mayor capitalización bursátil del Mercado Continuo Español.

Operar con futuros requiere de una inversión proporcionalmente más pequeña al valor del contrato negociado, siendo las garantías el importe que se retendrá de la cuenta del inversor al abrir una posición. A esta relación entre el valor del contrato y la inversión se le llama apalancamiento, e implica que para abrir una posición sobre el futuro del IBEX, con un valor igual al número de puntos a los que cotiza el futuro, al valor del punto (multiplicador) se le aplicará un % que dará como resultado las garantías necesarias para invertir en el contrato de futuros.

Los inversores utilizan los futuros con dos finalidades muy distintas:

• La puramente especulativa, En la que traderr intenta aprovechar las diferencias de precio para obtener plusvalías.

• La cobertura. Ello supone que el trader que tiene una cartera de acciones estrechamente relacionada con un índice bursátil, abra una posición en sentido contrario (en este caso una posición corta o vendida) en el futuro de ese mismo índice para cubrir posibles bajadas en la valoración de su cartera. De esta forma, las pérdidas en su cartera se compensaran con las plusvalías obtenidas a través de la operación de venta del futuro sobre el mismo índice.

Recuerda que las operaciones apalancadas conllevan un riesgo de pérdida significativo, pudiendo ser superior a la cuantía de los fondos requeridos en concepto de garantías.

El apalancamiento puede ampliar tus ganancias pero también tus pérdidas.

Por su sofisticación y elevado riesgo, este producto sólo resulta indicado para inversores experimentados, ya que exige el conocimiento de los mercados y capacidad financiera para afrontar las eventuales pérdidas.