Es importante tener claro también que invertir, aunque lleva implícito el riesgo o incertidumbre de los resultados, no significa jugar al azar. No hay que confundir la inversión con un juego de casino. Es cierto que hay gente que invierte basándose en intuición o sentimientos, o en los consejos “calientes” de Internet, un compañero de trabajo o un familiar.
El inversor serio y responsable no juega con su dinero ni con la seguridad económica de su familia.
Sólo invierte cuando existe una expectativa razonable de rentabilidad acorde con el riesgo que quiere y puede asumir.
Sólo invierte a través de intermediarios autorizados y después de consultar información fiable.
Sólo invierte el dinero que no le va a ser imprescindible a corto plazo para otras obligaciones.
Y sólo invierte de acuerdo con sus objetivos y situación personales.