Stock options
Las conocidas como “stock options” se crearon como una forma de incentivo de
los directivos de las sociedades mercantiles para obtener un rendimiento
superior a la media del sector. Consisten en hacer entrega de forma gratuita
de acciones de la empresa a los directivos si se cumplen determinados
objetivos previamente fijados.
Este sistema de remuneración es bueno y puede ser rentable para los
accionistas y para la propia empresa siempre que se aplique de forma
adecuada. Por ello, las stock options deben constituir un incentivo para
mejorar la marcha del negocio real de la empresa pensando siempre en los
accionistas de largo plazo.
Es un error establecer como único objetivo que la cotización en bolsa alcance
determinados niveles, ya que eso puede incitar a los directivos a tomar
medidas que no benefician a la empresa ni a sus accionistas pero sí tienen
efectos temporales en su cotización.
La entrega de “stock options” a los directivos no deben estar ligadas
únicamente a la subida de la cotización del valor en bolsa, sino
especialmente al aumento del beneficio por acción (BPA) y al del dividendo
repartido por la empresa. Por ello, se pueden considerar malas prácticas la
supresión o reducción del dividendo por parte de los directivos a fin de
impedir la salida de capital de la sociedad (pues todo dividendo supone un
reparto de capital), con lo que, se aumentaría el valor de la empresa –y con
ello las garantías de obtención de stock options para los directivos- pero,
eso si, a costa del bolsillo de los accionistas que verían suprimido o
reducido su dividendo. Esta práctica beneficiaría a los directivos que
obtendrían sus stock options, a corto plazo perjudicaría a los accionistas y,
a largo plazo, perjudicarían a la empresa, pues se producirá una huida
masiva de los accionistas de largo plazo.
Artículo de Carmen Muñoz publicado en El Correo de Andalucía el 14/01/2015